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¿Por qué cuesta tanto tener relaciones incómodas?

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Relaciones sanas

En nuestra interacción con los demás es normal que entren en conflicto mi NECESIDAD y la de la otra persona, la incomodidad vendría precisamente de manifestar a esa persona cuál es mi necesidad.

Suele ocurrir que esta incomodidad es mayor en determinados VÍNCULOS, aquellos que temo perder. No es lo mismo exponer mi necesidad a una persona simplemente conocida que a otra con la que tengo una relación sexo-afectiva que quiero mantener.

La incomodidad pues, tiene que ver con la emoción del MIEDO: a perder a esa persona, a que se enfade, a que me rechace, a que invalide mi necesidad, a sentirme juzgadx, avergonzadx…

Por todo ello EVITAMOS esas conversaciones, porque imaginamos que será una experiencia desagradable. Y aunque su evitación es un mecanismo que proporciona un alivio temporal, cuando se convierte en una dinámica habitual puede minar nuestra autoestima y limitar nuestras vidas.

Ayer en terapia escuchaba: “me gustaría poder tener conversaciones incómodas y estar tranquila”.

Para alcanzar esa TRANQUILIDAD necesito ir exponiéndome gradualmente, ir dando pasitos, securizándome poco a poco con los recursos que tengo y los que puedo ir aprendiendo.

Es importante ver que si tengo dificultades para tener este tipo de conversaciones, quizás necesite tener 1.000 conversaciones “incómodas” para llegar a tenerlas sin estar con tanto miedo.

Y a esto la evitación sistematizada no ayuda. Como le escuché una vez a un terapeuta decir: “A follar se aprende follando”. Tal cual.

Con cariño ♥️
Mar